Un día como ayer, 14 de junio, pero en 1942, Anne Frank comienza a escribir en el diario que había recibido dos días antes por su decimotercer cumpleaños. La pequeña Anne, nacida en Alemania, tuvo que mudarse junto con su familia a Ámsterdam, huyendo de los nazis. Y desde el 9 de julio de 1942 hasta el 3 de agosto de 1944, tuvieron que ocultarse en un escondrijo, cuya puerta estaba escondida tras una estantería. Allí vivieron durante la ocupación alemana, esperando el fin de la guerra. Pero fueron capturados y llevados a distintos campos de concentración alemanes. Anne fue enviada al campo de concentración nazi de Auschwitz y, más tarde, al campo de concentración de Bergen-Belsen, dónde murió por fiebre tifoidea el 12 de marzo de 1945, pocos días antes de que el resto de presos, los que esperaron un poco más, fueran liberados. Su padre, el único de la familia que sobrevivió, tratando de cumplir póstumamente el deseo de Anna expresado en el diario de convertirse en escritora, decidió publicarlo.
Una pieza de teatro basada en el Diario recibió en 1955 el Premio Pulitzer de Teatro y en el cine en 1959 obtuvo tres Oscar. En febrero de 2008 se estrenó en Madrid, en el teatro Calderón, el musical El Diario de Ana Frank. Un Canto a la Vida.
En Toledo, la espera más narrada en forma de leyenda, es la de Doña Sol a su amado Don García, con el que se había prometido días antes de que este partiera hacia la guerra en las indias. Doña Sol confiaba y sabía esperar. Largos ratos dedicados a la oración en su capilla particular acrecentaba su esperanza. Pero pasaron muchos meses sin noticias y pensando que sus oraciones no eran eficaces, ya que no le hacían salir de casa, comenzó a rezar en una hornacina situada en la calle de Toledo ahora llamada Alfileritos, donde se mostraba Nuestra Madre Dolorosa. Y para no quedar dormida mientras rezaba, dio orden a una criada para que cuando el sueño interrumpiera su oración la despertara clavándole un alfiler. Luego introducía los alfileres por entre los barrotes de la reja, dejándolos allí a modo de ofrenda. Y así se sucedieron las noches, hasta que regreso don García y los jóvenes se casaron. Esta es la leyenda de la Virgen de los Alfileritos que se ha transformado en la creencia popular de que si una muchacha echa dentro de la hornacina un alfiler en la hornacina, pronto tiene novio.
La literatura y la música se han fijado mucho en la espera del amado. "Sucedió en la antigüedad"de "El Ultimo de la Fila" (ella salía a los caminos a preguntar), "En el muelle de San Blás" de Maná (miles de lunas pasaron y siempre ella estaba en el muelle esperando.), y la menos conocida "Mejor será que te espere" del grupo Oil y del album "Matando hormigas con la espalda" (mientras ahogo en alcohol la sensación de esperar y llegue al fin la ocasión y así poderte estrechar) pero la que me sigue poniendo el “vello de punta” es "Naturaleza Muerta" de Mecano (ya tocaba algo de mi primer grupo), escrita y compuesta por José María Cano originalmente, en el año de 1985 para el grupo Mocedades con el título Ana y Miguel. Pero José María no quedó muy satisfecho con la manera cómo Mocedades produjo la canción (ni yo tampoco, escuchádola en http://www.youtube.com/watch?v=WC_-29MrD9w con, por ejemplo, una guitarra eléctrica a mitad de canción), y fue reestrenada en 1992 para el album Aidalai.
Anne Frank simboliza la esperanza de seguir viviendo, y Doña Sol la esperanza de seguir amando. Pero ninguna esperaba con los brazos cruzados. La primera escribía y la segunda rezaba y, aunque no consiguieran disminuir el tiempo esperado, no desesperaron ni sufrieron en su espera. Se preguntaba Pablo Neruda. ¿Sufre más aquél que espera siempre que aquél que nunca esperó a nadie?
joder suco
ResponderEliminaresta frase es la hostia puta
"La primera escribía y la segunda rezaba y, aunque no consiguieran disminuir el tiempo esperado, no desesperaron ni sufrieron en su espera."
Yo estuve en esa gira de mecano, en el 92... con once añitos
Joder, pues si no es sufrir que te claven unos alfileres para no quedarte dormido, que coño es? ¿penar?.
ResponderEliminarPor cierto en menos de una semana, tercera vez que oigo o leo la leyenda de Doña Sol.
Por cierto, me gusta la leyenda Félix, por lo que no te ofendas por este comentario.
No me ofende, me agrada que comentéis. Tienes algo de razón, que te clavan alfileres es sufrir, pero poco que sólo era para despertarla, sin ensañarse, y supongo que tendría buen despertar ;).
ResponderEliminarY qué lástima no haber ido a aquel concierto de Mecano del 1992 que congregó en el Auditorium Municipal de Daimiel a 15.000 personas.
lo del buen despertar, lo dices por alguien en especial? :-)
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